Rozando los 3000 m.s.n.m. de altitud, en el sur peruano, se alza Arequipa. Moderna ciudad que ha sabido conservar su patrimonio histórico y cultural: el casco histórico, que abarca buena parte de los distritos Arequipa y Yanahuara, fue declarado por la Unesco “Patrimonio Cultural de la Humanidad” en el 2000.
En el corazón de la ciudad está la Plaza de Armas, rodeada de portales, el Palacio Municipal y la Catedral hecha en sillar, una piedra volcánica característica de la ciudad. Cruzando la Plaza está la Iglesia y los Claustros de la Compañía de Jesús, uno de los mejores ejemplos de la arquitectura mestiza de la ciudad.
Por la misma calle, pero en sentido norte, a dos cuadras de la Plaza, llegamos al Convento de Santa Catalina, un monasterio que parece haberse detenido en el tiempo. La amplitud de sus 20 000 m2, encierra una ciudad en su interior: plazuelitas, claustros, una zona de lavandería, que se distribuyen en seis calles y un pasaje.El Convento sólo abre los días martes y jueves, desde las 9:00 de la mañana hasta las 5:00 de la tarde, por lo que suele estar lleno de visitantes. El precio de la entrada general es de S/. 35.
El barrio de San Lázaro
Las estrechas y coloridas calles del barrio de San Lázaro, el más antiguo de la ciudad, albergan algunas casas tradicionales. La casa de Tristán del Pozo es una de las más visitadas, data del siglo XVIII y alberga un museo de sitio y una galería de arte.
Para que la visita esté completa, hay que ir al Fundo El Fierro, donde se puede adquirir artesanía y souvenirs para alegrar la casa.
La Ciudad Blanca aún guarda muchos secretos, que iremos descubriendo en próximos posts.